Moscas que duplican su (tu) vida


Drosophila melanogaster, o mosca de la fruta

El ser humano puede pasar a deber parte de su edad a la mosca de la fruta. La ocurrencia hasta hace poco parecería ridícula. Pero ya no.

Un equipo de investigadores de la
Universidad Brown de California del Sur han identificado en la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) un proceso metabólico celular que podría atrasar el envejecimiento.

Stephen Helfand , uno de los investigadores de este estudio, y profesor de biología molecular, biología celular y bioquímica, ya había descobierto en el año 2000 una mutación de un gen, que denominó Indy (I’m Not dead Yet), que podría duplicar el tiempo de vida de la mosca de la fruta.

Estudios realizados con moscas
Indy (que portaban por tanto esta mutación) condujeron al descubrimiento de que existe un proceso metabólico en ellas que aparentemente reduce significativamente la producción de radicales libres.

Hay que tener en cuenta que la acumulación celular de estos radicales se considera uno de los factores determinantes en el proceso de envejecimiento. Y las moscas no parece que presenten ningún otro tipo de efecto secundario, además del efecto señalado.

Ahora la investigación está en la fase de intentar determinar cómo, exactamente, esta mutación produce esa alteración metabólica (sintetizando o no haciéndolo qué compuestos o proteínas), para poder intentar producir fármacos antienvejecimiento para seres humanos, que produzcan un efecto semejante sin tener que llegar a la manipulación genética en las moscas, siempre más complicada.


Desarrollando estas investigaciones, los científicos han llegado a algunos resultados sorprendentes, como el hecho de que las moscas Indy sintetizaban las proteínas que resultan de la expresión de algunos de los genes encargados de la producción de energía para la célula en menor proporción que las moscas normales, lo que condujo a que hubiera menos radicales libres, pero, sorprendentemente,
no disminuyó la cantidad de energía total en la célula, que debe por lo tanto tener algún otro tipo de mecanismo compensatorio.

Así, se ha demostrado que es posible introducir alteraciones metabólicas que reduzcan los radicales libres, alargando así el período vital, y sin que se produzcan en simultáneo efectos secundarios perjudiciales.


¿Será que aún vamos a deber una parte de nuestra vida a las moscas de la fruta?

Más información en
The Brown Daily Herald

No hay comentarios:

Publicar un comentario